-Quédate conmigo, princesa. Te necesito.
-No… No puedo… Lo siento.
Han pasado tres meses de aquella preciosa noche. Tres meses
en los que todo ha dado un giro inesperado. Todo desde entonces se ha
convertido en peleas, y más peleas. No ha habido un solo momento en el que no
se dirigieran una palabra o una cara de odio. Ya no son los mismos de antes.
Ambos han cambiado.
Aunque Hugo aún la necesita, pero ella piensa que aquello ha
terminado.
El día más triste de sus vidas; sin duda ese. Ella, se
despide con la cara envuelta en lágrimas, pero decidida. Decidida a no volver
más, porque sí, piensa que todo ha girado bruscamente. Hugo intenta hacer que
entre en razón, pero ya es imposible.
‘Deberá hacerlo ella sola’-piensa decidido a dejarla volar.
-¿Me dejas decirte una última cosa? No, mejor, voy a
decírtela sin que me des permiso. Te amo, pequeña. Te amo tanto que me duele
más que nada que te vayas. Llevo viéndote día a día años. ¡Años, enana! No
puedes irte ahora. Ni ahora ni nunca, por favor.
-Hugo, tengo que irme.-abre el maletero del coche y mete su
maleta.
-Esto era eterno, mi pequeña mariposa. Eterno.
-Eterno cuando estábamos enamorados.-aquellas palabras le
rompen por completo. ¿Estábamos? ¡Él lo
sigue estando!
-Yo sigo enamorado de ti, ¿por qué no logras entenderlo?
-Todo ha cambiado.-y dicho esto, se mete dentro del coche y
parte rumbo a quiénsabedónde.
………………………………………………………………………………………………
Hugo camina por las calles de Barcelona. Sí, después de meses de tristeza, decidió cambiar de aires. Allí todo le recordaba a ella. Se mudó a Barcelona capital, y aunque pensó que lo mejor era conocer a otras chicas, fue incapaz de salir con cualquier otra que no fuera su pequeña mariposa.
Hugo camina por las calles de Barcelona. Sí, después de meses de tristeza, decidió cambiar de aires. Allí todo le recordaba a ella. Se mudó a Barcelona capital, y aunque pensó que lo mejor era conocer a otras chicas, fue incapaz de salir con cualquier otra que no fuera su pequeña mariposa.
Camina hasta la cafetería en la que suele leer el diario
todos los días. Entra, coge una mesa, alza el brazo para pedir un café cómo el
de siempre:
Con mucha leche y tres sobres de azúcar.
Abre el diario y comienza a hojearlo, pero le resulta
imposible. Nota una mirada en su nuca. Se gira y ve a la persona que le
abandonó meses antes, que le dejó porque pensaba que ya no eran compatibles,
que su chispa se había apagado.
La vio a ella.
Pero, para su desgracia, iba acompañada. Y no precisamente
de una amiga.
***
¡Hola, chicas! Sé que llevaba un tiempo sin escribir, pero ahora he decidido ponerme las pilas y actualizar más a menudo el blog. ¿En serio os gustan éstos relatos? Es que, en la segunda parte, hay veintiséis visitas, y solamente un comentario...
Por favor decidme si os gusta, si no, cambiaré de tema radicalmente.
Besos enormes.
Me encanta :D Eres una gran escritora :B Y me gusta mucho tu historia... aunque es muy triste u.u
ResponderEliminarMuchas, muchísimas gracias, jo:')
EliminarSí bueno, intentaré que no acabe del todo mal JAJAJAJ.
Gracias por tu comentario:3
Pues ya que lo preguntas, SI, claro que nos gustan! O a mi por lo menos. Y si no he comentado es porque no me ha dado tiempo o porque pensé que te iba a importar bastante poco lo que yo dijera, pero que sepas que te leo siempre y que adoro tus relatos o cualquier cosa que escribas, porque lo haces estupendamente.
ResponderEliminarY ya quiero leer la siguiente parte poooorfis :D
Un besi <3