martes, 19 de febrero de 2013

Deixa't emportar.

-Vamos a quedarnos todo el día aquí, te obligo.-de fondo suena la siguiente canción, pero ella no logra descifrar cuál es, está demasiado entretenida en observar cómo su chico, la persona más importante de su vida, la tumba en la cama mientras que la besa las clavículas.
-¿Por qué no… desayunamos primero?-dice ella, con un suspiro de por medio.
-No te muevas, yo te traigo el café, cariño.-la da un último beso en la frente y baja las escaleras rápidamente.
Ella aprovecha para ponerse un conjunto de lencería que había comprado hace un tiempo, pero nunca había tenido ocasión de estrenarlo. Mientras está terminando de colocarse el camisón de seda roja que va a acabar en el suelo dentro de poco, él entra.
-Eh, ¿qué haces?-se gira y queda alucinado. Recorre todas sus curvas, incluso la más importante, la sonrisa.-Hasta así de sexy, sigo diciéndote que estás preciosa.
-Bobo, ¿llamarás a tu madre?
-Claro, mi vida. Pero ahora no te preocupes de eso. Déjate llevar.-y después de esto último, se fundieron en un mismo cuerpo, sintieron sus corazones latir cómo si sólo hubiese uno. Se sintieron, y se amaron más profundamente, si se puede.
Horas después.
Abre un ojo y se lo refriega. Su pareja sigue durmiendo, y a ella le enamora la cara de niño pequeño que tiene. Le acaricia una mejilla y él se retuerce. Ríe flojito mientras se levanta de la cama tapada con la colcha.
-Eh, nena, no hace falta que te tapes. Ni que no te hubiese visto.-se gira roja de la vergüenza y le mira. La guiña un ojo y la hace una señal con el dedo para que vuelva a acercarse a la cama. Vuelve y se sienta en el borde de ella. La recorre entera con el dedo índice de la mano derecha y la mira a los labios.-Tus labios son tan... apetecibles.
-¿Entonces por qué no me besas?-y la coge inesperadamente de la nuca mientras la besa rápidamente. Y sin darla tiempo a respirar la tumba en la cama, y vuelve a hacerla suya. La calla con besos de vez en cuando. Sólo quiere disfrutar del momento.
Y les dieron la una, las dos e incluso las tres de la tarde en la cama. Riendo, besándose y mimándose. Les encantan éstas tardes, y lo mejor es el final.
A eso de las nueve de la noche, encienden la televisión, ella se sienta entre las piernas de su chico y ven películas, una detrás de otra, durante toda la noche. Pero esa noche fue distinta. Ella se duerme nada más comenzar la segunda película, así que Hugo la coge cómo si de una princesa se tratase y la tumba en su lado de la cama.
Y así termina aquella noche del frío diciembre madrileño.
Con una pareja  tumbados en una cama, abrazados, durmiendo.
Enamorados.
***
Segunda parte. ¡Gracias por leer!

1 comentario:

  1. OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH ME MUERO.
    AYAYAYAYAYAYAYAYA, PERO QUE CUCKI. Manolasa, o sigues o haces otra o te pego, he disho. Te pego.
    En serio, es precioso. Manolita eres genial.
    Los diálogos, aish. Que cucki todo, de verdad. Me ha justado demasiado. Pero demasiado, demasiado, jalapó.
    ¡Te amo mucho Manoli! <3
    Postdata: Pero más si sigues escribiendo ejejejejejejejeje:3

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